Cementerio
de La Recoleta

Es uno de los más importantes del mundo, por las importantes personalidades que en él descansan, por su variada arquitectura, la calidad de las esculturas, la mayor colección de vitrales que embellecen sus bóvedas y una simbología funeraria que a veces pasa desapercibida para quienes lo visitan. Descubrámosla juntos.

Los mitos y leyendas, le dan un halo de misterio que siempre genera gran curiosidad en los visitantes del lugar, al igual que el secreto que esconde la muerte y que para los que permanecemos de este lado, todavía no tiene respuesta.

Una de las bóvedas más visitadas es la de Eva Duarte, tan amada o tan odiada, pero indudablemente, una mujer reconocida a nivel mundial y admirada por sus logros, en tiempos en que la mujer, no tenía prácticamente cabida en la vida política, estaba simplemente relegada a las tareas del hogar.

Los distintos estilos arquitectónicos que pueden apreciarse en las bóvedas, dan idea del pensamiento de la sociedad porteña de aquellos tiempos, en que la última morada debía tener las mismas características de lujo que las mansiones palaciegas que habitaban hasta su muerte.
Era un signo más de poderío económico, de status social, que no parece coincidir con la concepción de un cementerio público como fue el Cementerio del Norte desde su creación.

Es destacable la labor de los escultores, extranjeros y argentinos, que trabajaron el mármol y el bronce, transmitiendo desde sus obras diferentes mensajes, historias y simbología, rindiendo homenaje y recordando a quienes descansan allí.

Los vitrales y puertas que embellecen las bóvedas otorgan luminosidad, colorido y un toque de distinción, basado en la fé religiosa, que se hace presente en imágenes de ángeles, vírgenes y distintas representaciones de Cristo.

Son solo cinco manzanas y media que albergan casi cinco mil sepulcros y mucho para ver, descubrir y apreciar.
Un verdadero cofre de historias, que queremos compartir con todos los que quieran conocerlas con nosotros.